Rebecca West y su esposo llegaron a Zagreb en 1937. La artificial composición política de la exYugoslavia no confunde a la escritora, que con una intuición proverbial intenta, sobre todo, retratar el modo de ser de los eslavos. Y detrás de la estructura de este texto, esa es la intención primordial del ensayo: entender un mundo diferente. A veces la comprensión de los propios problemas puede pasar por la descripción que una forastera hace sobre lo "nuestro".
Esta es una obra importante para entender no sólo esa región europea, sino una época oscura de la historia. El relato de viaje se pone aquí al servicio del ensayo cultural y el análisis de una serie de naciones tensionadas por inercias, imposiciones, amenazas y la falta de diálogo. La escritora inglesa es consciente de que se adentra en un territorio, donde el castillo de naipes que equilibraba la Europa de inicios de siglo se desmoronaba. De alguna manera Rebecca West hizo un viaje en un momento y en un lugar claves para entender el mundo contemporáneo.
«Estábamos sobre el puente en el cual el coche del Archiduque Francisco Fernando y su esposa pasaba en la mañana del 28 de junio de 1914, y si el bosnio Gavrilo Princip no hubiera disparado, el auto hubiera doblado luego sobre el terraplén»
Los relatos de viaje van conformando una red invisible dibujada con las impresiones y pensamientos de los viajeros sobre lugares concretos. Algunos, pasan a ser puntos de referencia, y este es uno de esos relatos. El índice de Black Lamb and Grey Falcon es una maravilla. Sólo mencionaré algunos acápites: Croacia se divide en Zagreb I, Zagreb II y Zagreb III, Shestine, dos castillos y cuatro notas más sobre Zagreb. De manera que el libro es un mosaico de localizaciones y naciones. A Croacia, habría que sumar Dalmacia, la expedición (en donde se detallan Tsavtat, Perast, Kotor, el hogar de Gruda y Dubrovnik). Luego Herzegovina, Bosnia, Serbia, Macedonia, la antigua Serbia y Montenegro. Una obra monumental en calidad y cantidad cuya dedicatoria de 1940 impresiona: "para mis amigos en Yugoslavia, quienes están todos muertos o esclavizados". Y certifica que lo que fue la sombra nazi cuando empezaron el viaje, era ahora un monstruo real y peligroso.
En este texto destaca la capacidad de atención de la autora. Que dirige esa concentración, cuando la necesita, para describir fenómenos sociales o psicológicos en una disección portentosa. Y en otros momentos, usa esa misma capacidad para dejar pinceladas impresionistas que contrastan con la complejidad cultural balcánica.