Había tenido un poco aparcado el blog de anotaciones porque estuve atareado con otros encargos. Uno de ellos fue la idea y el guión de un cómic. Nunca antes había elaborado un guión de estas características. Me lo pidieron desde una ONG que se llama CESAL, y que trabaja en muchos sitios del mundo. Es una historia sobre tres chicos que exploran una serie de parques naturales en Quisqueya. Ese es el nombre taíno de La Hispaniola, la isla donde se encuentran Haití y República Dominicana. Es una isla muy interesante en materia de biodiversidad. Hay numerosos parques y reservas naturales. Uno de ellos es curioso porque reune a tres parques en dos países. Es una reserva de la Biósfera establecida por la UNESCO y es una de las pocas reservas transfronterizas que hay en el mundo. Y por allí transcurre la historia.
Este enorme paisaje que va desde La Selle en Haití y que llega hasta la zona sur de República Domicana abarca también la zona de Jaragua, el Lago Enriquillo y la sierra del Bahoruco. Una reserva natural es un tesoro, pero una que además cruce, o no tenga en cuenta las fronteras, es quizás muy simbólica porque indica cómo la naturaleza transciende muchos de los constructos políticos y geográficos que los seres humanos hemos elaborado por razones más o menos racionales.
Es curiosa la idea que tenemos de una región del mundo, y cómo ella nos llega a través de los tópicos que nos ofrece la publicidad o los medios de comunicación. De Quisqueya nos llegan noticias que van desde los conflictos en Haití hasta las playas delumbrantes de Punta Cana, pero eso son parcelas del conocimiento. Incluso, más allá de ser uno de los lugares a los que llegó Colón en su primer viaje, la isla, una de las Antillas Mayores, se formó a partir de la colisión de placas tectónicas durante el Eoceno, lo que unió varias unidades de arco volcánico y sedimentario, hace millones de años. Y en ella han vivido diversos pueblos desde el año 7000 a.C.
Es una sorpresa entender que La Española es, ahora mismo, y desde la perspectiva de la biodiversidad un espacio singular, tanto por su origen como por su insularidad. Y que contiene bosques húmedos tropicales: en donde hay especies emblemáticas como el ébano verde (Magnolia pallescens) y el palo de cruz (Tabebuia berterii). En los bosques secos tropicales hay especies muy resistentes como el guayacán (Guaiacum officinale) y el bayahonda (Prosopis juliflora). Los bosques de pino están poblados por el dominados pino criollo (Pinus occidentalis), crucial para la captación de agua. Y en los manglares hay muchas especies marinas. La isla contiene numerosos parques y reservas. Basta mencionar algunos de los más conocidos en República Dominicana, como los Haitises, Parque Nacional del Este (Cotubanamá) o el Parque Nacional Sierra Martín García. Y en Haití: La Visite, Parque Nacional Macizo de la Hotte o el Parque Nacional Morne Trois Bornes.
Todo esto está muy relacionado con el ser humano y con la sociedad. Porque la naturaleza nos ofrece muchas posibilidades de desarrollo y también de comprensión de quiénes somos. El argumento del cómic es muy simple: son tres jóvenes que emprenden un viaje. Y en él, además de mirar, entender y aprender, se imaginan cosas del mundo y de ellos mismos. Lo que suele pasar en muchos viajes.
Dejo el enlace al cómic, y también pongo aquí algunas de las imágenes del mismo. Además de dar gracias a Franz por el encargo y la coordinación, tengo que agradecer al equipo de Loopy Teller Studio, que tan bien han ilustrado y trabajado unas ideas que al final son también de ellos: Alba cuyos dibujos naturalistas son increíbles, Sara cuyos detalles en las miradas de los personajes son pequeños pero grandes y a Sara, Álvaro, Rubén y Carlos por la calidad de los dibujos, el color y la paciencia en el trabajo de corrección.