Las peripecias de Ibn Battuta son poco conocidas en proporción a su viaje. Merece una atención pormenorizada en momentos de tanto desvarío acerca de las civilizaciones y sus desencantos. Desde Tánger y pareciera que hasta Beijing, usando como eje de sus viajes La Meca, donde peregrina inicialmente. Luego llegará a Omán, Adén y más allá hacia las actuales Irán e Irak. En la India visitará Delhi, Khambhat, y también conocerá las Maldivas, Sri Lanka e incluso Malaca. Ibn Battuta es uno de los grandes viajeros de la antigüedad, que inició su viaje en 1325.
Pongo el enlace a una reseña muy apropiada escrita por Darío Prieto en El Mundo con una infografía (que copio aquí abajo) y que muestra los trayectos de Battuta, según los cuenta Ibn Yuzayy, cuya relación de viajes es la que conocemos.
Junto con Egeria, Brendan de Clonnfert y Marco Polo es uno de los grandes escritores de viajes de la antigüedad. Se le puede relacionar con otro gran viajero posterior: Benjamín de Tudela, quien se apoyará también en una red de hospedajes vinculados a su religión, tal como lo hiciera Egeria, la primera peregrina.
Como otros muchos escritos de este tipo, el relato de Ibn Battuta también propone posibles fantasías intercaladas, un uso común en el desarrollo del relato de viaje universal. Sin embargo, su base descriptiva y sus observaciones determinan su inclusión en este género bifronte. No es un texto histórico, ni filosófico, por eso la dificultad de su clasificación.