Una reciente edición, definitiva, de los Paisajes peruanos de José de la Riva-Agüero ha sido introducida y anotada por Jorge Wiesse en una edición académica de Iberoamericana Vervuert, y que puede ser muy bien disfrutada por el lector curioso. El autor es uno de los más importantes intelectuales americanos de inicios del siglo XX, que siguiendo el espíritu del Grand Tour y de la española generación del 98 emprendió un viaje por su país natal. Para Riva-Agüero el viaje no solo era iniciático sino también una manera de entender el Perú, con sus tradiciones múltiples y sus paisajes maravillosos. Su periplo se inicia en el Cuzco en 1912 y demuestra cómo la anotación de las miradas, los paseos, y el conocimiento de la gente pueden conformar obras literarias de primer orden. El estilo del autor está plagado de imágenes y su ritmo es también muy sugerente. Las obras de los viajeros que nos han precedido necesitan, muchas veces, de este tipo de ediciones, que como los planeadores, sin mucho ruido, depositan en el suelo a sus tripulantes. Es el caso de la edición de Jorge Wiesse, que además aporta nuevas variantes a las anteriores ediciones.
Copio aquí dos citas que permiten otear los paisajes de Paisajes:
«En la mañana del 7 de junio salí de Abancay. La niebla en la madrugada había cubierto el valle; y al alborear, la desgarró el sol en jirones que aún colgaban desde las cimas hasta las medias laderas. Bajé por muy amenos campos a las haciendas de Letona; y me detuve breves minutos en una de ellas, Illanya. En el patio, las cañas cortadas, de pálido rubio, formaban un pavimiento brillante.»
«El riachuelo de nuestra izquierda, cascajoso y rápido, lleva aguas color de acero» José de la Riva Agüero, Paisajes peruanos.
Repositorio de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Libreta de apuntes número 27 de José de la Riva Agüero