Rebecca West y su esposo llegaron a Zagreb en 1937. La artificial composición política de la exYugoslavia no confunde a la escritora, que con una intuición proverbial intenta, sobre todo, retratar el modo de ser de los eslavos. Y detrás de la estructura de este texto, esa es la intención primordial del ensayo: entender un mundo diferente. A veces la comprensión de los propios problemas puede pasar por la descripción que una forastera hace sobre lo "nuestro". Esta es una obra importante para entender no sólo esa región europea, sino una época oscura de la historia. El relato de viaje se pone aquí al servicio del ensayo cultural y el análisis de una serie de naciones tensionadas por inercias, imposiciones, amenazas y la falta de diálogo. La escritora inglesa es consciente de que se adentra en un territorio, donde el castillo de naipes que equilibraba la Europa de inicios de siglo se desmoronaba. De alguna manera Rebecca West hizo un viaje en un momento y en un lugar claves para...
Blog sobre literatura de viajes de Ángel Pérez-Martínez